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Vedanta y el manejo del conflicto

El conflicto está asociado con la defensa de los intereses ya sean personales, sociales, políticos, económicos, cualquiera que sea su dirección este lleva consigo significaciones que están enmarcadas dentro del lenguaje de lo competitivo. El conflicto se origina y crece dentro del terreno del deseo, allí donde el deseo se manifiesta, se manifiesta también el instinto por la sobrevivencia y entonces vemos encadenarse una serie de hechos y sentimientos en pos de la lucha por el poder de dominio.



Las circunstancias que rodean nuestra “realidad” nos enfrentan día a día ante la lucha de poderes y entonces nos vemos obligados a instruirnos en técnicas que nos den la fuerza y el poder para manejar los conflictos y a la vez nos hagan mas exitosos y triunfantes. En este proceso nuestro ego juega un papel determinante porque dependiendo del nivel de arraigo en que se encuentre dentro de las dinámicas perceptuales y sensoriales así mismo será el nivel de enajenación que experimente el cuerpo y la mente. Si nos damos cuenta el estilo discursivo del conflicto comprende expresiones, solo por nombrarlo en el campo de la lingüística, como competitividad, lucha, fuerza, poder, deseo, sobrevivencia, dominio, éxito, triunfo. Pareciera que el mundo que circunda el conflicto alimenta y sostiene la idea filosófica de separatividad. Si te asumes como una persona independiente desde el punto de vista cosmológico y cosmogónico el producto final te lleva obviamente a armarte de gran valor para enfrentar las batallas de la ilusión que representa la realidad, te haces un héroe que despierta gran admiración y respeto, has llegado victorioso al reino de las expectativas y las especulaciones aquellas que marcaron tu ritmo de generación en generación nutriendo el circulo de vida, muerte y sufrimiento.



Un conflicto se compone de dos partes, una parte propositiva y otra parte antagónica en ellas se erige la disociación, la desarmonía, el desequilibrio y con ellas se anudan fuertemente la potencia de la mente y la sabiduría del cuerpo físico, allí queda atrapada nuestra voluntad donde la mayor ilusión queda inmersa en el juego aparente de dos egos que se juegan su prestigio.


Una de las aportaciones yóguicas en cuanto al conflicto se refiere marca la diferencia de postura entre este y oeste, mientras que en occidente se nos enseña la manera más eficaz de manejar el conflicto, o de hacerlo favorable en beneficio propio, en oriente mil años hace que practican cómo no entrar en el conflicto, cómo no entrar en ese boomerang de emociones de acciones y reacciones que provoca el dejarse guiar por el ego y el deseo de dominio. El Vedanta comparte la idea de conocerse así mismo antes de entrar en la lucha por el poder. Cuando entras a tu fuero interno, cuando te profundizas en las aguas de tu inconsciente, cuando ves a tu enemigo como una parte tuya, como otra manifestación de tu ser entonces comprendes que no hay opositores que en vez de posiciones radicales hay matices, entonces amas a los demás como a ti mismo, te haces compasivo y tus ansias de lucha por la supervivencia se transforman en inspiraciones creativas que aportan desarrollo y crecimiento no solo personal sino colectivo. Te sientes parte de un Todo y todas las fracciones de ese Todo te conforman entonces eres Uno y no reconoces a otro con quien enfrentarte, con quien luchar, pasas de ser héroe a ser Maestro.

Cultivar la mente sáttvica, mantenerse en paz con armonía interior y ejercer la compasión son los elementos y la materia prima de la construcción de un espíritu libre y comprometido con la evolución del Ser.

© 2013 by WENELLA Weavers of new land - Tejedoras de Nueva Tierra 
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