La fuerza sanadora de los mantras
La unión de Mana (mente que piensa) y Trai (proteger) forma la palabra mantra cuyo sentido corresponde al entrenamiento de la mente para proteger el ser. Un mantra es una formula mística compuesta de letras que a la vez forman palabras que cobran significado cuando son pronunciadas aun ritmo especifico. Tal es el caso del mantra “OM NAMO NARAYANAYA”, mantra de 8 silabas, otorga liberación del ciclo de nacimiento y muerte.
Bajo la pronunciación repetitiva del mantra se invoca la deidad de la Paz para que cesen las guerras y los enfrentamientos. La historia Védica muestra el nacimiento del mantra “OM NAMO NARAYANAYA” registrando un periodo de guerra donde los dos reinos más grandes del mundo se enfrentaron en la lucha por el poder y el dominio territorial. La deidad Narayanaya se revelo frente a un niño habitante de uno de estos pueblos enfrentados diciéndole: Tú eres al único que he elegido. Ve al campo de batalla donde hay guerra y dales la paz en nombre mio”.
La historia relata que el niño cerró sus ojos y vio la imagen del señor Narayanaya, el dios de la Paz y con esta imagen firme en la mente entró en el centro del campo y comenzó a cantar “OM NAMO NARAYANAYA” de manera repetitiva. Los ejércitos se percataron de su presencia y bajaron sus armas para evitar hacerle daño, cuando todo estuvo en silencio, los soldados escucharon su canto y se estremecieron con su voz, entonces decidieron unirse al canto y bajaron sus armas, a medida que cantaban sus corazones se hacían cada vez más puros y amorosos. Uno de los reyes se dejo tocar por la sensibilidad, fuerza y energía del canto del mantra, mientras que el otro rey se mantuvo en pie de lucha y decidió disparar a los soldados con la mala suerte de que la bala que salió de su fusil pego en una piedra y reboto contra sí mismo originando un funesto desenlace para su vida.
El rey viviente se propuso a extender la paz por todo el mundo, cada vez que se acercaban a un conflicto los soldados y el pueblo en general cantaban “OM NAMO NARAYANAYA”.
Cuando se canta y especialmente cuando se pronuncia un mantra repetitivamente, prevalece la esperanza de encontrar un camino pacificador, purificador y sanador de los corazones, preparándose para entrar en el camino de la iluminación.