Entre el poder de la voluntad y la voluntad de poder
Ayurveda es el conocimiento que conecta al ser humano con los principios superiores. Identificar nuestro propósito espiritual en la tierra, es la tarea primordial y una de las herramientas necesarias para iniciar el proceso de retorno. Conectar con la fuente divina restablece la armonía, la salud y el bienestar, así como la transformación de la conciencia. Para la filosofía Vedanta como para Ayurveda, que sigue sus principios, el dharma es un concepto de suma trascendencia para lograr la conexión con la fuente Suprema. El dharma que significa deber, es un propósito divino que ha sido entregado a cada persona para que pueda desarrollar sus dones, habilidades e inspiración. Cuando el dharma está motivado por una voluntad de poder entonces el ego de cada individuo busca su mayor status en la sociedad, mientras que la persona que cumple con su dharma motivado por sus aspiraciones espirituales hace de su voluntad un poder que le potencia en la búsqueda de la iluminación a través del servicio incondicional hacia la sociedad en la que se desarrolla.
Conocer el dharma es el regalo más grande que alguien pueda recibir, porque con él tiene el poder de preguntar, de escuchar, de rendirse y por último, el poder de servir a los demás con amor incondicional. Cumplir con el dharma debe ser para cada persona un proceso amoroso, de entrega constante, de devoción a los principios superiores, más aun para aquellas personas que se forman dentro de la ciencia de Ayurveda. A los profesionales y especialistas les corresponde llevar el conocimiento de Ayurveda a la comunidad, esto implica tener las funciones de profesor, curandero, médico o entrenador. Desarrollar todo su potencial, toda su capacidad creadora para el restablecimiento del equilibrio y la armonía no solo de sus pacientes sino de sí mismo es un trabajo que exige constancia responsabilidad y sobre todo una entrega constante para contribuir en la reconstrucción de las relaciones entre la Naturaleza y el hombre, cumpliendo así su propio dharma y promoviendo en otras personas la salud, el bienestar y el equilibrio.
La voluntad de poder implica un elevarse por encima del ego y de los deseos, implica un saber propio de los elementos y cualidades de la naturaleza que hacen del cuerpo un conocimiento auténtico de sus fuerzas creadoras, como hacen de la conciencia la sabiduría. “El Universo apoya a quien se alinea con la intención divina”, abre los caminos hacia la realización, sólo se requiere saber preguntar, saber escuchar, rendirse y servir.