El servicio como camino a la salud
“Recordar nuestra propia naturaleza como espíritu´´ es un principio ayurvédico que marca el sendero hacia la sanación. Es un acto individual en el que cada ser viene a descubrir de manera consciente cuál es su propósito particular en la vida. En este camino el auto-conocimiento es la herramienta infalible que permite a cada individuo vivir su propia experiencia reconociendo paso a paso los cambios y transformaciones del alma.
Esto parecería una tarea complicada y sin fin pero Ayurveda propone observar y seguir los ritmos de la naturaleza armonizando nuestro cuerpo, mente y espíritu con los ciclos naturales. Según el conocimiento ayurvédico, la vida comprende tres etapas: formación, servicio y reflexión. Estas están definidas de acuerdo a las características de las fuerzas doshicas. La etapa de formación refleja las características y cualidades de Kapha dosha. Es la etapa en la que el individuo desarrolla altamente sus habilidades cognitivas, donde toda experiencia es un aprendizaje que se pondrá al servicio de la comunidad en la segunda etapa o etapa de Pitta. En la etapa de formación se sientan las bases, los recursos y las herramientas con que el individuo enfrentará los retos de la vida. Hay en esta etapa un aprendizaje conceptual amplio, es la etapa académica pero también a la par se desarrolla el aprendizaje emocional. Los sentidos están expuestos a recibir las impresiones del exterior de acuerdo al efecto que produce las relaciones interpersonales desde la escuela y la familia y el entorno en general.
La segunda etapa o fase de Pitta es la del servicio, en ella las personas brindan a la comunidad todo su conocimiento en función al trabajo. En el campo laboral es donde se articula lo aprendido en la fase de kapha con la voluntad de servicio. La carrera que se eligió o la actividad que la persona decidió tomar para desarrollar su potencial está puesta al servicio de la comunidad para contribuir a su desarrollo y bienestar. Si el servicio es desinteresado y menos competitivo, si el servicio satisface el deseo interno de compartir con los demás y trabajar conjuntamente por una causa común entonces la armonía va generando estados de bienestar y confort que impiden el avance de las enfermedades y cada vez la persona experimenta un avance hacia la sanación del cuerpo y el alma.
La tercera etapa o la fase de Vata está basada en la reflexión. Luego de que la persona ha aprendido y ha puesto su conocimiento al servicio social, entra en una etapa de reflexión tanto de su historia personal como de su entorno global que incluye reflexiones sobre su aporte a la vida y la existencia. En esta etapa el individuo juega un papel de maestro ya que está en capacidad de enseñar a otros tanto por su conocimiento como por su experiencia. Al contrario de lo que se piensa el adulto mayor no marca el final de un ciclo sino la semilla de las nuevas generaciones. Su papel de transmisor de cultura y de conocimiento es de vital importancia para el desarrollo de la sociedad. El cumplir estos ideales conlleva para la persona una experiencia saludable puesto que la idea de servicio nunca cesa para aquel que tiene clara la idea de que la experiencia de la vida es una experiencia de trabajo y servicio. Aquel que experimente un bienestar por la vía de la sabiduría sabrá a fondo la importancia de armonizar con la naturaleza y sus ciclos.
El concepto de servicio es un concepto clave para saber cómo llevar a la realidad la expresión ayurvédica: ¨ -recordar nuestra propia naturaleza como espíritu-¨. Desarrollar la voluntad de servicio implica reconocer la realidad de aquellos con quienes convivimos, implica ejercer nuestro propio valor como un ser que forma parte de un Todo. El servicio enseña a valorar a cada persona y a cada acción, enseña la buena convivencia entre pares y organiza las fuerzas internas de cada ser para cumplir con el propósito de la vida generando bienestar y perfecta salud.